Del 26 al 29 de octubre, la vibrante ciudad de Cartagena se convirtió en el epicentro literario de España. Pero no fue una feria común, fue una experiencia transformadora. Ahora bien, ¿alguna vez te has dejado llevar por una historia hasta el punto de olvidar el lugar y el tiempo? Eso es precisamente lo que nos regalaron estos magos de la palabra en Cartagena.
Álvaro Armada nos dejó sin palabras con «Historias extraordinarias, destinos inesperados». En un mundo donde todo parece ser repetitivo, Álvaro nos recordó que la magia está en los detalles cotidianos. Su habilidad para hacer que lo común parezca extraordinario y sus finales inesperados hicieron que muchos reconsideraran la manera en la que ven el amor y las relaciones. A través de sus páginas, nos hizo ver que, muchas veces, los destinos más inesperados están justo delante de nuestros ojos.
Paqui Cutillas, por su parte, llevó la experiencia literaria a otro nivel con «Volver a Nacer, un viaje de vuelta a ti». No sólo es un libro, es una sinfonía, un viaje introspectivo con banda sonora incluida. Cada capítulo viene acompañado de una pieza musical seleccionada personalmente por la autora, haciendo de cada firma no solo un encuentro con el lector, sino una verdadera serenata para el alma.
En el lado lírico, Mariya Dilyanova nos brindó su poemario «De las condenas y libertades». Sus versos, tan profundos y conectados con sus vivencias personales, sirven como faro para aquellos que se sienten perdidos. Mariya tiene la habilidad de convertir el dolor en poesía y de ofrecer esperanza en medio de la tormenta.
Este increíble encuentro literario fue posible gracias a la asociación PALIN Creadores y Artistas, Murcia. Un recordatorio de la vitalidad y la pasión con la que trabajan estas organizaciones para dar voz y espacio a nuestros creadores.
Así que, si no pudiste estar en Cartagena este año, te recomiendo con todo mi corazón que no pierdas la oportunidad la próxima vez. Porque más que una feria, es una experiencia, un viaje a través de palabras y emociones, un recordatorio de que, a veces, el verdadero viaje no es el que hacemos por el mundo, sino el que hacemos dentro de nosotros mismos.